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Ante la exigencia social, NEO buscó al- gunos datos y testimonios que pudie- ran ser ilustrativos de las acciones em- presariales en este tema. EL REÚSO DE ROPA CONTRIBUYE AL AHORRO DE 480 MILLONES DE LITROS DE AGUA AL AÑO Datos de la ONU indican que la indus- tria de la moda es la segunda con ma- yor consumo de agua a nivel mundial, además de que genera alrededor del 20% de las aguas residuales y libera medio millón de toneladas de microfi- bras sintéticas al océano cada año. El costo ambiental de dicha industria, aún en 2024, es alto; sin embargo, el consu- mo de segunda mano logró un ahorro de 486 millones de litros de agua en 2023, equivalente a 194 albercas olím- picas, de acuerdo a la data de GoTren- dier, app de moda sostenible. El uso del agua está presente en dife- rentes momentos de la “vida” de una prenda. El primero de ellos es la pro- ducción, la cual se divide en distintas etapas, primero el riego de la materia prima, luego el uso para crear una pren- da. Por ejemplo, los jeans, populares en México y el mundo, demandan alre- dedor de 7500 litros de agua , equiva- lente a la cantidad de líquido que bebe una persona promedio en siete años, de acuerdo con la ONU. De igual forma, durante la fabricación existe el proceso de tintura, donde los casos de contaminación en cuerpos de agua son diversos. En México, una serie de estudios realizados por el Ins- tituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM a habitantes de San Mar- tín Texmelucan, Puebla, detectaron enfermedades graves causadas por contaminantes que se arrojaron al Río Atoyac por diversas industrias en la región. Una de ellas es la textil, la cual derramó un colorante utilizado para el teñido de la mezclilla llamado “índi- go” y una sustancia usada para blan- quear, llamada hipoclorito de sodio; éstas reaccionan químicamente con otras vertidas dentro del río y crearon cloroformo.

Una vez en uso, las prendas que salen del clóset también entran al lavado. Al- gunas de ellas están elaboradas con fi- bras sintéticas como el poliéster, acrílico y nylon. De acuerdo con la organización Sustain your Style, El 52% de nuestra ropa contienen poliéster, éstos liberan microplásticos a cada lavada, residuos que llegan al océano y dañan la fauna. Opciones como la economía circu- lar nacen para satisfacer demandas con lo que ya existe, esto a su vez trae otros beneficios como menores cos- tos, oportunidad laboral y desde luego un beneficio ambiental. “A veces cuan- do nos hablan de ‘pequeñas acciones’, hay personas que piensan que eso no tendrá una gran repercusión, pero de- ben mirar más allá, pues hoy no sólo es una o dos personas reutilizando ropa, sino millones, y conforme más seamos los que pertenecemos a la circularidad, mayor tamaño tendrá el impacto posi- tivo tanto en las finanzas, como en el ambiente”, agrega Cecilia Ollero, coun- try manager de GoTrendier en México. La última etapa del proceso es el dese- cho, un punto en el que está la ropa de uso que terminó su ciclo, así como mi- les de prendas que jamás fueron adqui- ridas. Éstas no sólo terminan en cuerpos de agua, sino también en el aire, ya que suelen ser quemadas. En este sentido, un kilo de ropa genera 1.36 kilos de dió- xido de carbono, más contaminante que quemar carbón o gas natural. “Seamos un agente de cambio, com- premos artículos de moda a conciencia, prioricemos la calidad, ya que se trans- forma en un negocio a largo plazo, hoy la usamos, se queda con nosotros un tiempo y el día de mañana seguirá en buen estado para circular, la ganancia podrás dedicarla a un artículo nuevo y así sucesivamente. La moda de segun- da mano no puede ser la única solución, por ello exhortamos hoy y siempre a los diferentes reguladores a echar un vista- zo al proceso de desecho de las fábricas, pero también a incentivar el diseño bajo upcycling o priorizar fibras del ambiente

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