La motivación requiere de autoconoci- miento, planeación y entrenamiento. Si naciste entre 1981 y 1996, durante la “ge- neración Y” o “ millennial ” eres más idea- lista, cuestionas todo, pero incluso, aún dentro de esa categorización, los que nacieron en los ochenta tienden a sepa- rar muy claramente la vida profesional de la personal. Mientras que los millennials más jóvenes (nacidos en los noventa), por el contrario, solamente quieren tra- bajar en algo que disfrutan y tienen que estar muy satisfechos. Esto trae algunas consecuencias naturales consigo. Los emprendedores con más experiencia y sabiduría, enfocan su esfuerzo en obje- tivos de negocio un tanto más alejados de un verdadero propósito, mientras que los que tienen cuando mucho 33 años, en mayor medida tienen un propósito en mente, aunque no lo hayan logrado pulir aún lo necesario debido a su juventud, a costa de una mayor experiencia en el mundo de los negocios. Si el planteamiento fuera así de simple, le apuesto al propósito de la juventud.
Las personas que durante el 2020 te- nían más de 30 años, son quienes más sufren a causa de esta separación de intereses inherentes a su época. Aunque he tenido clientes mucho más jóvenes, muy maduros para su edad, con los mismos problemas, digamos que es una probabilidad y no una norma. Los nacidos entre 1990 y 1996 (los millennials más jóvenes), encuentran más rápido la motivación al inicio de sus carreras, antes de pasar varios años en el limbo como el resto de nosotros, sin saber qué falló y tener que volver a empezar. Por otro lado, son los más jóvenes, na- cidos después de 1997 (y hasta 2009), quienes son más conscientes del cam- bio social y la sostenibilidad ambiental. La desventaja que tienen es que aún no llegan a posiciones de poder en las que puedan tomar decisiones que nos ayuden a los mayores a salir del proble- ma que hemos creado. A ellos, hay que ayudarlos a poder llegar más rápido a donde ya saben que quieren llegar.
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