70% de la población no tiene cuenta de banco. Y además, la operación de esta aplicación ha tenido denuncias de corrupción y poca transparencia. Una de las críticas a esta innovadora operación financiera estatal ha sido justamente la falta de transparencia en cuanto a muchos de los detalles sobre los procesos y los recursos empleados. Por otra parte, personas asociadas con el mundo de las criptomonedas, fanáti- cos de esta tecnología y los llamados evangelistas tecnológicos, han aplau- dido la decisión de Bukele e incluso se han mudado al pequeño país cen- troamericano a ocupar puestos en el gobierno — como el caso de MaxKeiser , un entusiasta de las criptomonedas y propagandista del gobierno ruso, que ahora dirige la Oficina Nacional de Bi- tinio en El Salvador — . Ven en El Salvador la promesa de un camino alternativo a los instrumentos tradicionales para financiar las opera- ciones de un país, tanto las instituciones como el Fondo Monetario Internacio-
nal y el Banco Mundial, como los bo- nos de deuda tradicionales que emiten los países. El Salvador, sin embargo, al ser considerado un país de alto riesgo por los organismos internacionales, ha tenido pocos prospectos para conse- guir fondos de manera rápida. Estas dos posturas están puestas en juego en el país centroamericano que continúa con sus planes de emitir para finales de 2023 los llamados Bonos Volcán, que estarán respaldados justa- mente por bitcoin, por activos digitales. El optimismo de sectores interesados y del gobierno está enfrentado con el escepticismo y los llamados a trans- parentar operaciones de especialistas y de periodistas. La historia de esta decisión está muy lejos de haber con- cluido, y el impacto en la vida cotid- iana de los ciudadanos salvadoreños deberá analizarse con mucho deten- imiento para saber si, como prometía el presidente Bukele, este camino ha- cia el futuro fue el mejor para su país.
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