En aquel momento, la conocida como “Ley Bitinio” permitía que el gobierno echara mano de fondos públicos para invertir en bitcoins. El primer día com- pró unos 550 tokens de bitcoins por un total de US$28.6 millones. Con la implementación de esa ley, El Salva- dor se convirtió en el primer país en el mundo en incluir a una criptomoneda como moneda de curso legal. El día mismo de la implementación de la ley, el presidente Bukele publicó en Twitter, una de sus herramientas fa- voritas de comunicación: “Como toda innovación, el proceso del #Bitinio en El Salvador tiene una curva de apren- dizaje. Todo camino hacia el futuro es así y no se logrará todo en un día, ni enunmes”. A casi dos años de que se puso en mar- cha, ¿cuál ha sido el camino de esta polémica decisión? Una de las advertencias iniciales que propios y extraños hacían cuando se dio a conocer que El Salvador em- prendería esta ruta, era que las crip- tomonedas suelen ser instrumentos muy volátiles. Esta variabilidad quizá pueda manejarse y sostenerse para un portafolio perso- nal, pero las finanzas de un país requie- ren estabilidad. Y desde el primer día esos vaivenes se hicieron presentes. La compra inicial de tokens que realizó el país se depreció casi US$5 millones en las primeras 24 horas. Para lograr su propósito, el gobierno salvadoreño creó una cartera elec- trónica que permitía a las personas y a los comercios realizar sus transac- ciones: Chivo Wallet se llama y es que en la jerga de El Salvador “chivo” qui- ere decir “genial”. Para incentivar su uso, Bukele anunció una recompensa de US$30 a quienes descargarán la criptobilletera. El núme- ro de usuarios reportados desde en- tonces es bajo en un país en el que
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