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en 2030, era difícil recordar el tiempo en que los combustibles fósiles domi- naban la producción energética. El in- forme "Global Renewables Outlook: Energy transformation 2050" de IRE- NA (2020) había proyectado correcta- mente esta transformación radical del sector energético. Rosseline y su equipo en AquaTech uti- lizaban energía solar concentrada no solo para alimentar sus instalaciones, sino también para desalinizar millones de litros de agua todos los días, utili- zando membranas nanofotónicas que convierten agua salada en agua pota- ble con una eficiencia sin precedentes. Esta tecnología había sido impulsada por un enfoque interdisciplinario que combinaba avances en biotecnología y nanotecnología. A nivel global, la energía renovable era ahora el estándar, y redes eléctricas inteligentes gestionadas por IA evita- ban sobrecargas, redistribuyendo la energía de manera eficiente. Mientras tanto, sistemas de almacenamiento de hidrógeno se encargaban de conservar el exceso de energía para días en que el sol no brillaba o el viento no soplaba. LA BIOINGENIERÍA Y EL FUTURO DE LOS ALIMENTOS Otra gran transformación que Rosseline había observado era el desarrollo de los alimentos. En 2024, la crisis alimentaria y los métodos insostenibles de produc- ción eran una amenaza global. Pero en 2030, la combinación de bioingeniería y agricultura vertical había cambiado completamente la forma en que el mun- do cultivan sus alimentos. Ahora, los rascacielos en las ciudades no solo albergaban oficinas, sino que también eran granjas verticales, donde los cultivos se alimentaban con nutri- entes sintetizados por IA y gestiona- dos por robots agrícolas. Estos siste- mas no solo requerían menos tierra, sino que también utilizaban un 90% menos de agua que los métodos tradi- cionales. Empresas como Solar Foods

y Impossible Foods habían alcanzado un desarrollo sorprendente, produci- endo proteínas basadas en microbios y logrando que alimentos sostenibles fueran accesibles a gran escala. El es- tudio "Food in the Anthropocene" publicado en The Lancet (2019) había anticipado correctamente esta revolu- ción en los sistemas alimentarios. Lo que más impacta a Rosseline era la capacidad de esta tecnología para cerrar las brechas de desigualdad en el acceso a los alimentos. Países que an- tes dependían de importaciones ahora podían producir sus propios alimentos de manera sostenible, todo gracias a estas innovaciones. Quizás la herramienta más fasci- nante que había visto emerger era la computación cuántica. Aunque aún en desarrollo, esta tecnología había comenzado a resolver problemas que antes eran inabordables, desde la op- timización del tráfico urbano hasta la simulación de nuevos materiales que absorben carbono del aire. El artícu- lo "Quantum Computing: Progress and Prospects" (2019) de la National Academies of Sciences, Engineering, and Medicine había previsto acertada- mente el impacto de esta tecnología. En el campo del desarrollo sostenible, la computación cuántica había permit- ido modelar de manera mucho más precisa los patrones climáticos, lo que permitía a los gobiernos y empresas prepararse mejor para fenómenos na- turales como huracanes, sequías y olas de calor. Esto había salvado miles de vidas y reducido considerablemente el costo de los desastres naturales. Rosseline, quien nunca se había consi- derado una persona inclinada hacia la informática, ahora no podía imaginar un futuro sin la computación cuántica. Esta tecnología estaba acelerando la investi- gación de materiales sostenibles, incluso COMPUTACIÓN CUÁNTICA: RESOLVIENDO PROBLEMAS IMPOSIBLES

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