Se dijo mucho: la pandemia de Covid-19 puso de manifiesto muchas cosas que dábamos por hecho. Nos dejó en claro lo esencial que es el espacio colectivo, las reuniones pre- senciales. Pero más que eso: puso al descubierto muchos de los mecanismos que hacen que la sociedad funcione. Y uno de ellos, quizá uno de los más importantes, fueron las cadenas de suministros. El nombre no es muy atractivo, pero sin estas cadenas nuestras comodidades y actividades diarias serían imposibles.
Las cadenas de suministro son funda- mentales para la evolución económica y el crecimiento industrial a lo largo de la historia. Desde los inicios de la hu- manidad, el movimiento y la distribu- ción de bienes fueron gran parte de lo que permitió el desarrollo de socie- dades más complejas. Pero, con el paso del tiempo las cadenas de suministro han pasado por una serie de transformaciones debido a avances tecnológicos, innovaciones organiza- tivas y cambios en el contexto global. Y claro que la inteligencia artificial (IA) ha comenzado a jugar un papel clave en la transformación, el desarrollo y la innovación dentro de este sector. La historia de las cadenas de suministro se remonta a las primeras civilizaciones organizadas, cuando la producción agrícola y el comercio de bienes como la cerámica, la sal y los metales pre- ciosos impulsaron las primeras redes comerciales. Los fenicios, por ejemplo, fueron grandes comerciantes y pioneros en establecer rutas marítimas comerciales en el Medi- terráneo alrededor del 1500 a.C. Asimis- mo, la Ruta de la Seda, que conectaba China con Europa, fue uno de los prime- ros ejemplos de una cadena de suminis- tro global, facilitando el intercambio de bienes entre culturas distantes. En esta etapa, la cadena de suministro era rudimentaria y limitada por las tec- nologías de transporte, como animales
de carga o barcos a vela; las vías de comunicación disponibles, y por la ca- pacidad de carga de los transportes empleados. El surgimiento de la Revolución In- dustrial en el siglo XVIII las cambió de manera radical porque si bien las fábri- cas comenzaron a producir bienes a una escala sin precedentes, también aparecieron otros medios de trans- porte. La llegada del ferrocarril o bar- cos de mayor calado, las distancias físicas y las limitaciones en cuanto a lo que se puede llevar y traer. En esta etapa, las empresas comenza- ron a desarrollar sistemas más com- plejos de planificación y control para gestionar el flujo de bienes y asegurar la disponibilidad de productos en el momento y lugar adecuados. Aparecieron los sistemas logísticos y los almacenes y también la ciencia para ges- tionar estos. Y así llegamos al siglo XX fue con sus contenedores de transporte, los sistemas cada vez más sofisticados de comunicación, los aviones de carga y las mejoras en la tecnología de la infor- mación, como el uso de computadoras para la planificación de recursos empre- sariales (ERP, por sus siglas en inglés), que permitieron a las empresas gestio- nar de manera más eficiente sus inven- tarios y procesos de producción. La globalización en las últimas décadas del siglo XX trajo consigo una mayor complejidad a las cadenas de suminis-
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