do un producto que ha sido evaluado y aprobado por entidades confiables y reconocidas, confianza en la ecuación. Estas normas y certificaciones nos per- miten reforzar la calidad y seguridad; aumenta la transparencia y fortalece la credibilidad de la marca; nos protegen de consecuencias legales o sanitarias que pudieran generar crisis al interior de las empresas; de esta forma establece- mos un nivel de calidad en la compra de los consumidores y por ende, mayor confianza en la marca. Por ejemplo, las Normas Oficiales Mexi- canas NOM-001-SCFI-2018 y NOM- 003-SCFI-2014 exige que los produc- tos electrónicos (pantallas led, equipos de sonido, consolas de videojuegos) y los productos eléctricos (como ventila- dores, electrodomésticos, etc.), respec- tivamente, cuenten con características y especificaciones de seguridad para evitar choques eléctricos o sobrecalen-
tamiento, que provoquen lesiones o daños en la salud y la integridad de las familias mexicanas. En conjunto, si la confianza ha cobra- do mayor relevancia en el momento de compra, cumplir con normas y sus certificaciones son una gran ventana transparente para mirar al interior de las organizaciones para protegernos de factores externos y para estar siem- pre un paso adelante o al nivel de aque llos competidores mundiales que han optado por adoptarlas para fortalecer su relación con los consumidores. Hablemos de confianza para la cons- trucción de relaciones a largo plazo; la confianza, como ventaja competitiva para las organizaciones; la confianza, como resultado de brindar calidad y se- guridad en los productos y/o servicios ofrecidos. Y tu producto/servicio, ¿es confiable?
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