NEO 301

El peligro del no reconocimiento de la otredad radica en pensarnos el cen- tro absoluto, en afirmar y asumir que nuestra realidad es LA realidad y no una más dentro de un abanico de re- alidades, construida por la historia de cada individuo, por cada contexto vivi- do. Pensemos en el día a día, en las oc- asiones en que nos alejamos de una persona por tener una opinión distinta a la nuestra, las veces en que hemos bloqueado a alguien de nuestras redes sociales porque irrumpe la armonía y comodidad de mi cámara de ecos ali- mentadas por el algoritmo que busca validar mis posturas político, sociales y culturales. Pero, claro, a ninguno nos gusta que nos desafíen y mucho menos que atenten contra nuestras creencias, porque finalmente nuestras vidas es- tán construidas sobre esas creencias. Al igual que un espejo, la otredad per- mite ver lo que queremos, pero también lo que no queremos, aquello de lo que buscamos alejarnos y que no queremos reconocer porque duele o incomoda, porque dentro de mi normalidad yo tam- bién soy diferente para alguien más. Ese otro diferente nos regala la capacidad de reconocernos y de nutrir, modificar y transformar nuestra propia identidad. La diferencia enriquece, no atenta. La

diversidad suma, amplía los escenarios y favorece al tejido social a partir de la exigencia y cumplimiento de derechos para todos. Tengo la fortuna de trabajar en lo que me apasiona, me dedico a la comprensión de comportamientos humanos y por ende al conocimiento y entendimiento de los contextos individuales y colectivos. Con- textos conformados por condiciones, situaciones, circunstancias y variables que tejen las decisiones del día a día. Siem- pre, siempre hay un contexto que expli- ca las cosas. Volvamos a preguntarnos el por qué, démonos la oportunidad de comprender que cada percepción, cada opinión responde a historias de vida de seres humanos, que nada, absolutamente nada, es de a gratis. ¡ESCUCHA LAS FELICITACIONES PARA NEO POR NUESTRA EDICIÓN 300!

ANA PAULA ELÍAS

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