Es en los medios de comunicación, donde la presencia de líderes de opinión o conocedores es esencial para anali- zar los fenómenos que ocurren cotidi- anamente, así como, la reflexión sobre acontecimientos y tendencias, para fortalecer la veracidad de algún hecho o para influir en la toma de decisiones, o en el extremo desinformar. En el caso de la publicidad, el recurso de voceros, líderes o embajadores de mar- ca ha sido una constante en el diseño de estrategias publicitarias y emisión de mensajes con el objetivo de resaltar las bondades de determinada causa, promo- cionar productos y servicios, construir la imagen corporativa de organizaciones o bien posicionar marcas. La transformación digital, las platafor- mas digitales y las redes sociales ha for- talecido la difusión de información con características de inmediatez notables, y en paralelo, ha posibilitado la presen- cia de nuevos líderes de opinión o ex- pertos denominados Influencer que han aprovechado este boom para la creación de contenidos de la más diversa índole. Desde ejercicios de entretenimiento, recomendaciones de compra, comen- tarios graciosos, experiencias de vida, acciones de bien social, hasta temas de capacitación, salud, automovilismo, gastronomía, deportes, servicios, habi- lidades y, hechos desafortunados; que los han llevado a crear entusiastas se- guidores que coinciden con las acciones e intenciones del gurú digital y reaccio- nan a cada temática transformándose en audiencias. En este sentido, los influencers — por su capacidad de convocatoria (influen- cia) — resultan muy atractivos para la in- dustria de la comunicación, la publicidad y la mercadotecnia, así como para orga- nizaciones sociales y son incorporados al journey de las estrategias de comuni- cación comercial, y su bien hacer tiene un impacto económico.
Sin embargo, cuando ejercen su función irresponsablemente, con desinformación, con acciones que actúan en sentido con- trario a las buenas prácticas de la comu- nicación, e incursionan en el terreno de preferencias de corte político, y dañan a una marca, surgen cuestionamientos so- bre la necesidad de establecer criterios sobre su razón de ser. Bajo esta perspectiva — sin ánimo de limitar en ninguna circunstancia las ac- tividades de líderes de opinión o influ- encers — , podría considerarse adaptar acciones que se han implementado en otras geografías, como en la Unión Eu- ropea, que han desarrollado un proyec- to de transparencia ( Influencer Trust Le- vel ) para esta industria bajo el espíritu de promover la influencia responsable en las redes sociales, impulsar la confianza en los influencers y mejorar su credibilidad y eficacia. En el mismo sentido las marcas y or- ganizaciones deben intervenir para armonizar las actividades y alcances de todos los involucrados. Los creadores de contenido son esen- ciales en la dinámica de la comuni- cación. Pero echemos un vistazo a las consecuencias de la presencia de in- fluencers y creadores de contenido. Según Hotmart alcanza un número de 50 millones y son generadores de más de US$100 millardos. Considerando el impacto económico que tienen hoy en día en la industria del marketing, ¿No valdría la pena evaluar la adopción de criterios de au- torregulación, ética y transparencia?, ¿No sería mejor?
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