POR YAMIL NARES, DIRECTOR GENERAL DE DEFOE
Si no está familiarizado con el concep- to de zettabyte, no se preocupe, aquí hay un recordatorio de sus clases de informática. El byte es la unidad de memoria básica, aunque estamos más acostumbrados a ver archivos de tex- to, música e imágenes en el rango de los Kilobytes y los Megabytes, miles y millones de bytes, respectivamente. Cabe mencionar que, dado que históricamente ocho bytes eran los necesarios para codificar un carácter de texto en la memoria de una com- putadora, la escala no sube de 1 000 en 1 000, sino de 1 024 en 1 024. Y, entonces, ¿qué es un Zettabyte? Un Gigabyte equivale a 1 millardo de bytes. Ahora bien 1 024 Gigabytes equivalen a 1 Terabyte. Y 1 024 Terabytes equi- valen a un Petabyte. Y 1 024 Petabytes equivalen a un Exabyte. Y finalmente, 1 024 Exabytes equivalen a 1 Zettabyte. Esa astronómica cantidad de infor- mación se genera no sólo por los correos que mandamos, las búsque- das en internet que hacemos y los videos a redes que subimos. Se generan también de manera silen- ciosa y automatizada por los algorit- mos de monitoreo de actividades en línea, por todos los productos y redes que integran el Internet de las Cosas (IoT) y en general por todo el entorno tecnológico que nos rodea. Existe una disciplina que se enfoca justa- mente en encontrar en estas enormes cantidades de datos información que pueda resultar valiosa y útil para la toma de decisiones, para la implementación de mejoras y para la búsqueda de re- sultados. Esta se conoce como minería de datos, o data mining en inglés. Según IBM , la minería de datos es “el uso de varios algoritmos y técnicas para convertir grandes volúmenes de datos en información útil”. Esto puede lograrse de distintas maneras y en distintos ámbitos. Es una prácti-
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